La preocupación medioambiental es clave para consumidores, inversores y empresas, y es requisito para obtener financiación y subvenciones. Te contamos sobre los certificados ambientales relevantes.
La medición del compromiso medioambiental de las empresas se realiza mediante los criterios ESG (Environmental, Social and Governance), que evalúan aspectos medioambientales, sociales y de buen gobierno. Para auditar estos criterios, se han desarrollado nuevos sistemas de certificación que miden el grado de sostenibilidad empresarial.
Estos certificados no solo verifican si las empresas cumplen con las normativas, sino también si han adoptado mecanismos internos para conseguir objetivos de eficiencia en la gestión de residuos, la reducción del consumo energético y de agua, el diseño de productos con criterios ecológicos y el uso de energías renovables. Además, las certificaciones también incluyen medidas para garantizar la trazabilidad de los productos, especialmente en la industria agroalimentaria, donde se exige conocer detalles sobre el historial del producto desde el cultivo al transporte. En España, la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) clasifica las certificaciones medioambientales en seis apartados, incluyendo la gestión ambiental global, la economía circular, el cambio climático y la gestión de recursos, entre otros.
Los certificados de AENOR: desde la eficiencia energética a la economía circular
La certificación ISO 14001 es la más ampliamente utilizada en la gestión ambiental global, ya que promueve la implementación de sistemas de gestión ambiental en empresas para lograr la sostenibilidad y mejorar su reputación ante los clientes. Además, el certificado ISO 14001 fomenta la innovación y la productividad, lo que permite a las empresas reducir costos en áreas como la gestión de residuos, la factura de energía y las primas de seguros, y disminuir el riesgo de litigios y sanciones, al mismo tiempo que facilita el acceso a subvenciones y financiación.
La economía circular se enfoca en la obtención del Certificado de Conformidad AENOR de Estrategia 100% Circular, que mide el desempeño de las empresas en aspectos como el ecodiseño, la gestión de residuos, la reducción de microplásticos, la huella hídrica, el tratamiento de los residuos alimentarios, la trazabilidad del plástico utilizado y el uso de energías renovables.
En cuanto al cambio climático, existen dos normas ISO relevantes: la ISO 14064, que mide la huella de carbono de las empresas, y la ISO 14067, que mide la huella de carbono del producto. Estas normas ayudan a calcular las emisiones de CO2, el grado de reducción alcanzado y la compensación, es decir, cómo se equilibran esas emisiones con medidas reductoras en otros procesos, con el objetivo final de reducir la concentración en la atmósfera de gases de efecto invernadero (GEI).
La gestión de recursos incluye las normas ISO 14046, que mide la huella hídrica, e ISO 50001, que se centra en la gestión de la eficiencia energética. La huella hídrica evalúa el consumo de agua dulce de forma independiente, no solo en la fabricación, sino a lo largo de toda la cadena de suministro. Por su parte, la norma ISO 50001 ayuda a las empresas a gestionar mejor la energía que consumen, reducir costos y cumplir requisitos legales, como la auditoría energética.
La certificación de Gestión Forestal se dirige a las industrias que explotan los recursos boscosos, para que actúen de manera económicamente viable, socialmente beneficiosa y ambientalmente responsable. Garantiza la trazabilidad de los productos desde el bosque al consumidor, y asegura que no se recurre a talas ilegales o abusivas. Esta certificación también incluye a la industria agroalimentaria que comercializa productos como la caza o las setas, así como al sector de la biomasa.
Por último, en este apartado se encuentran las certificaciones específicas para las marcas de detergentes, la minería, el reciclaje de automóviles, la recogida y recuperación de papel y cartón, y los Centros de Protección de Datos (CPD).
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