La Operación y Mantenimiento de instalaciones fotovoltaicas (O&M) tiene como objetivo maximizar la eficiencia y productividad de la instalación. El enfoque puede ser preventivo o correctivo, y resulta de suma importancia para su correcto funcionamiento.
Cada vez más empresas se suman a la tendencia de las energías renovables, y específicamente a la energía solar. Y con ello, cada vez más empresas se especializan en este sector, lo que hace que aumente la competencia y los precios bajen. El problema resulta cuando nos decantamos por una empresa que no nos ofrece las suficientes garantías para la gestión del servicio de operación y mantenimiento de la instalación fotovoltaica en la que hemos invertido.
Por tanto, para que una compañía resulte atractiva, las instalaciones deben ser de calidad, con una vida larga y eficientes, que permitan amortizar la inversión. Esto se consigue con instalaciones libres de errores que conlleven a problemas en la generación.
Hay ocasiones en que estos problemas están fuera del alcance de las empresas, como son aquellos que son consecuencia de las acciones de la naturaleza. La degradación natural, las tormentas eléctricas o la decoloración de las células solares son problemas que pueden surgir sin previo aviso. Otros, como el fallo de componentes (paneles, inversores, etc), micro roturas en las células, o zonas con sombra o dañadas, cables sueltos, daños por rayos, etc. pueden hacer que la instalación no sea eficiente, pero pueden ser vigilados y reparados para que la instalación continúe su función.
Esto es posible gracias a los avances tecnológicos que ayudan al servicio que supone la Operación y Mantenimiento de instalaciones fotovoltaicas (O&M). El objetivo es maximizar la eficiencia y productividad de la instalación, y el enfoque debe ser preventivo. Si hay problemas como los mencionados, causados por la climatología, errores de fabricación o cuando los componentes lleguen al final de su vida, entonces el objetivo será correctivo.
Acciones preventivas
Son aquellas acciones en la fase de operación de la instalación:
- Acciones previas a la explotación de la instalación: empiezan en el diseño, y continúan en le momento de elegir los componentes, exigir las garantías correspondientes de los equipos, al recibirlos y al contratar los seguros.
- Elección del modelo de contrato: contrato de O & M, de tipo de mantenimiento (Predictivo, preventivo y correctivo), suministros, seguros, vigilancia…
Acciones de operación y mantenimiento
Aquellas acciones que tienen que ver con la supervisión de la instalación, su avance, su generación y sus recursos. Tienen que ver con las garantías que se hayan contratado (económicas, corporativas…) y con el seguimiento de los servicios.
Entre estas acciones es importante señalar los servicios o suministros que son imprescindibles para que una instalación pueda operar. Entre ellos destacan la vigilancia, los consumos eléctricos, los seguros o los suministros.
Otros aspectos a tener en cuenta en esta fase son los incumplimientos técnicos y las reclamaciones a fabricantes y compañías de seguros. Estos aspectos deben estar bien definidos, para evitar riesgos y solucionar problemas de la manera más eficaz posible.
Actualmente, estos servicios se están especializando, ya que poco a poco y con la subida de la demanda de estos servicios de energía sostenible se hace más importante prevenir y rectificar errores que permitan al cliente estar satisfecho.
Servicio de mantenimiento de Greening-e
En Greening-e contamos con un servicio específico de mantenimiento en todas las instalaciones que desarrollamos, así como para aquellos clientes que cuentan con una instalación fotovoltaica ya desarrollada y no disponen de este servicio.
Nuestro servicio de mantenimiento incluye una monitorización diaria de la instalación y una visita anual a cada una de las instalaciones. En estas visitas se lleva a cabo una comprobación del estado y corrección de posibles anomalías en el campo fotovoltaico (módulos y estructura), instalación eléctrica, inversores, sistemas de almacenamiento, etc.
En cada caso, se definen previamente las acciones a realizar y su periodicidad, teniendo constancia de todo ello en un registro de mantenimiento.
La monitorización diaria de las instalaciones y la supervisión del rendimiento de las mismas nos permite hacer un mantenimiento predictivo, es decir, reconocer posibles fallos que se puedan dar en el futuro en la instalación. De este modo, se reducen y minimizan las posibles averías y futuras incidencias.
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